Reflexiones para tí.

Alaba a Dios por su juicio

Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra. Apocalipsis 11:17, 18.

Dios ha tenido que tolerar durante miles de años la maldad, la degradación y el dolor producidos por el terrible experimento de la rebelión, Pero por fin considera que es el momento oportuno para poner un punto final. Ya el pecado, la rebelión contra Dios ha madurado lo suficiente como para demostrar su naturaleza maligna y sus efectos destructores sobre la vida de los hombres, y de toda la naturaleza.

Los hombres que en esta vida se han identificado con el mal, con la rebelión, y que lo han preferido antes que el bien y la obediencia a Dios ya han tenido miles de oportunidades, y las han despreciado. Ya no se puede hacer más nada por ellos. Se han condenado a sí mismos a no vivir en el cielo, por no gustar de ese ambiente en donde no existe egoísmo, sino que solo existe amor, pureza, bondad, solidaridad y abnegación.

Por otra parte, los hombres de bien y buena voluntad que han tratado de ser las mejores personas que pudieron ser en esta vida, y que muchas veces por causa de su apego al bien y a Dios han tenido, como

Abel, que padecer el odio de quienes aman el mal, ya están listos para recibir la recompensa por su bien hacer. Una recompensa que, aunque inmerecida (somos salvos por gracia), Dios se complace en darles a aquellos que conscientemente o inconscientemente se han preparado para el cielo, al tratar de vivir en esta tierra como esperan vivir allí, con bondad y santidad.

Alégrate entonces porque ya falta poco. Estamos viviendo en el tiempo del juicio de Dios, que como vimos es lo que habilita a Dios para terminar con la historia dolorosa del pecado. Prepárate pues para ser uno de los que recibirán el galardón por haber elegido el bien en vez del mal, y a Dios en vez del gran rebelde.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El Tesoro Escondido”
Por: Pablo Claverie






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